lunes, 20 de diciembre de 2010

Presentación del libro virtual sobre la Vía de la Plata

El día 17 del corriente mes, en la Casa Regional de Castilla León en Getafe, he presentado el libro titulado "Dos costas, dos mares, un país - La Vía de la Plata" con la presencia, entre otras personalidades, de Pedro Castro, Alcalde de Getafe, y Rafael Simancas, Diputado, que fue quien se encargó de la presentación del mentado libro. A continuación, hago un resumen de mi intervención de apertura del acto:
 Antes de subir a esta tarima estaba nervioso, como cuando hacía teatro - creo que nunca he dejado de hacerlo - antes de salir a escena. Ahora que estoy sobre la tarima, sigo estando nervioso. Pero es normal, no todos los días se tiene la oportunidad de presentar en público a un hijo fruto de la inspiración y, sobre todo, de la transpiración, pues andar por los caminos es lo que tiene, máxime si debes transportar en los lomos la impedimenta y transcurres por las sendas y veredas en plena canícula estival, que es cuando de forma habitual este peregrino, caminante o saltatrochas hace sus singladuras.
Hay algo novedoso en este libro, al menos para mí, y es que no se ha publicado en papel; se ha impreso de forma virtual, o sea, mediante las nuevas tecnologías, así que es un libro virtual, sí, aunque tan cierto como que hoy es viernes y estamos aquí los que estamos. Y lo he hecho así porque no quiero seguir sintiéndome culpable de no hacer nada para evitar que se sigan talando árboles por culpa de que algunos escribimos para que algunos nos lean o porque hay gente que lee, algunos escribimos, por si acaso.
De todas formas, si alguien lo quiere en papel, que yo se lo importante que es sentir el tacto del mismo y el olor de la tinta, sólo tiene que hacer el correspondiente pedido a un servidor informático que se llama BUBOK y por un módico precio, le enviarán un ejemplar a su domicilio o incluso podrá descargárselo, creo que se dice así, por un precio aún más módico, casi simbólico.
Mi intención era hablar de la Vía de la Plata y en concreto de este libro, de este cuaderno de bitácora que formará parte de una trilogía, o puede que tetralogía o, incluso, pentalogía que se irá publicando por el mismo sistema en los meses venideros. Pero como esa labor, que yo agradezco en grado no sumo, sino superlativo, le va a corresponder a alguien a quien le tengo especial aprecio, más, especial cariño porque hizo que me sintiera protagonista y especialmente comprometido en la campaña electoral que él lideró para ser Presidente de la Comunidad de Madrid, y que si no llegó a buen puerto no fue por su culpa, sino por la traición de dos ex-compañeros de infausta memoria, digo que tal labor le corresponde a mi amigo Rafael Simancas, sólo diré que este camino secular, primigenio, tan antiguo como el respirar, la Vía de la Plata, "ab-lata" para los árabes o "Iter ab Emérita Asturicam" para los romanos, une dos mares, dos costas y si sirvió para construir una nación es porque había un camino expedito que facilitaba el intercambio de culturas, de pensamientos, de formas de vida, de conocimientos, de comprenderse y de tener una meta común.
Por lo tanto, gracias a todos los que habéis venido; gracias a los que sin venir se sienten integrados en este acto, noto su presencia aunque no los vea; gracias a Pepe Jiménez y Nistal, por madre, que es el coprotagonista de este deambuleo peregrinero en el que me enseñó que aquel que tropieza y no cae, adelanta camino; gracias a Pedro García y García, mi inseparable compañero al que le debo la capacidad, que yo no sabía que tenía, de hacer fotografías con alma; gracias a José Luis Vázquez, mi "Patanegra", porque me enseñó cómo imaginar los caminos donde no los había; gracias a mi compañera por comprender mi necesidad de andar para empaparme de paisajes y paisanajes; gracias a la Casa de Castilla León en Getafe por ser la sede de este acto; gracias a Pedro Castro por estar aquí y porque aunque él no lo propicie, siempre le noto cerca; y gracias a Rafael Simancas por hacerse cargo de lo que ahora oiréis y por demostrarme que la elegancia no está en oposición a la rotundidad, a decir verdades como puños.   

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Si no votas, no decides

Importa saber por qué ocurren las cosas para poder prever que vuelvan o no a ocurrir. Y desde luego, nada ocurre porque sí. Se dan unas causas concretas y tal como se barajen o se tengan o no en cuenta, los resultados son de una manera u otra. Y desde luego el entorno, las circunstancias en que se dan las acciones también forman parte principal del desarrollo de las reacciones al mismo.
Las causas de lo ocurrido en Cataluña con motivo de las últimas elecciones autonómicas son muy concretas; pero también hay unas características ambientales que causan un escenario concreto:
  • Crisis económica, mundial, no lo olvidemos.
  • Pésima sentencia sobre el Estatuto catalán.
  • Creencia extendida de que Cataluña es la locomotora de España.
  • Creencia aún más extendida de que el resto de España va a remolque de ellos y que no se les tiene el aprecio debido o no se les reconoce su esfuerzo de forma expresa o tácita.
  • Sentimientos acendrados de que el idioma catalán desaparecería subsumido en el castellano-español si no se defiende la identidad lingüística.
Con estas condiciones previas, entre otras, las elecciones han venido a demostrar algunas cosas que sería conveniente estudiar para evitarlas en situaciones posibles posteriores, que las habrá:
  1. Un gobierno de coalición debe basarse en la confianza mutua y en un programa concreto de acción.
  2. Es necesario un liderazgo asumido por todos, sin contradicciones ni incoherencias, porque lo que importa es hablar con una sola voz y que la misma suene clara y contundente.
  3. Interesa que nadie se salga del guión establecido, porque importa mucho más lo que es necesario hacer que lo que cada cual, en atención a sus compromisos parciales e intereses particulares, pretenda hacer para salvar esos compromisos e intereses.
  4. Es vital anteponer la ideología, en este caso, el compromiso por la defensa, expansión y hegemonía de una ideología de progreso, a las simples cuestiones identitarias.
  5. Los alardes en política suelen tener un recorrido más bien corto. No se puede decir antes y durante la campaña electoral que el gobierno de coalición no ha funcionado cuando tú eres parte del mismo y encima, avisas que si eres elegido va a ser tu último mandato. La gente se preguntará, ¿por qué no has hecho que funcione?, ¿por qué has esperado a que te dimitiéramos en las urnas en vez de haberlo hecho de motu proprio?.
  6. No se puede esperar a que el caos se resuelva por sí solo, pues los mensajes difusos y las acciones contradictorias revelan incapacidad para poner orden dentro de la propia casa, en este caso, dentro del gobierno de coalición.
Concluyendo: la derecha nacionalista (tanto los soberanistas como los independentistas) junto a los no nacionalistas de derechas (el PP) han ganado las elecciones autonómicas catalanas. ¿Cataluña se ha vuelto de derechas? Seguro que no; pero fueron los que abrazan esa ideología quienes, mayoritariamente, salieron de sus casas a la calle a votar.
La izquierda nacionalista y no nacionalista (PSC-PSOE, ERC e ICV) también de forma mayoritaria, prefirió quedarse en casa. Esto me recuerda la anécdota del soldado que, indignado por una orden de su superior, le espetó a sus compañeros: "que se joda el sargento, que hoy no como rancho".
Pues bien, quedan por delante cuatro años (o incluso más, porque encima tendrán la suerte de que la crisis económica vaya remitiendo y sin haber hecho nada se quedarán con todo, que es lo que siempre han hecho) de gobierno de derechas, más o menos corrupta (como se ha visto en estos años en los que CIU y PP e incluso el partido del ex-presidente del Barça, Laporta, se han visto salpicados cuando no embarrados en distintos casos de corrupción). ¿Y los partidos de la izquierda progresista catalana? Sólo les queda ir a llorar a los Paules, que decimos en Madrid.


lunes, 29 de noviembre de 2010

Somos curiosos

Dicen que la curiosidad mata. Pero eso lo dicen quienes tienen algo que ocultar y no quieren que se sepa, quienes tienen miedo de la reacción del o de lo "curioseado" o escudriñado, sea persona o animal o cosa. O en última instancia son simples agoreros. La verdad es que la curiosidad nos ha convertido en seres humanos. Somos curiosos. Vistos desde dentro y desde fuera.
Si es desde dentro resulta que aún pudiendo hacer aquello que ansiamos, sólo deseamos hacer aquello que podemos y, aparentemente, nos conformamos; pero en el fondo nos sentimos, en el colmo de la incoherencia, frustrados. Mediocremente felices; pero frustrados, y ya sería un paso adelante que así lo asimilásemos y reconociéramos, porque a lo mejor nos rebelaríamos contra esa frustración; pero eso ya sería de nota.
Si es desde fuera resulta que, aunque estuviera mucha gente observándonos, a veces nos comportamos como si no la viéramos y hacemos necedades de forma casi involuntaria, y otras veces la vemos, la sentimos y seguimos haciendo necedades; pero de forma aún más grandilocuente y ostentosa. 
Sólo somos cuando estamos solos y hacemos autocrítica. O así debería ser. Porque sólo confiando más en nosotros mismos tendríamos más sencillo creer en los demás. 

lunes, 22 de noviembre de 2010

Nuestra condición

No sé la poca o mucha transcendencia que llegará a tener esta página o lugar personal; más, puede que sea una auténtica pesadilla el tener que entrar todos los días en ella para comprobar lo poco importante que es lo que pueda decir o reflexionar, porque a nadie lleguen a interesar mis cuitas. Al cabo, puede que sólo me interese a mí reflejar negro sobre blanco lo que pienso sobre las múltiples facetas de la condición humana. Acaso sólo sea vanidad por darme el gusto de leerme en un medio tan profuso, rápido y global como es este instrumento electrónico que procura la comunicación entre las personas casi en tiempo real, o sin casi. En cualquier caso, la decisión está tomada y más vale que me aplique en no resultar, cuando menos, aburrido.
¿Por qué he denominado a esta página o lugar con el título que antecede? Es una frase sacada de un texto de Friedrich Nietzsche de alguna de sus obras inmortales, no recuerdo cuál; pero que viene como anillo al dedo para dar pie a entablar una, espero, hermosa tertulia sobre la condición humana y su comportamiento en cualquier lugar y ocasión.
Porque el comportamiento del ser humano está mediatizado por su propia condición humana. Puede ser todo lo que quiera ser y hasta desear ser lo contrario de lo que en realidad es. De ahí sus contradicciones, nuestras contradicciones, la eterna lucha entre lo que se es y lo que se desea ser o lo que se cree que desea ser. Sólo el conocimiento de uno mismo, que diría el sabio Sócrates, puede darnos la pista para resolver el problema, en el caso de que lo estimemos como tal.
Pienso que una cosa es lo que queremos hacer y otra lo que es necesario hacer. Ahí es donde reside, en esa disyuntiva, la capacidad personal para comprometerse y para no dejarse arredrar o someter por lo contingente, por el azar, por un supuesto destino pre-escrito. Y saber decir NO es el principio del proceso para ser quien quieres ser, aunque te vaya la vida en ello.
En otro orden de cosas: en este lugar personal podremos hablar de lo que nos cumpla. He empezado hablando de filosofía, porque es una actividad tan humana como bellamente inútil. ¿Quién quiere saber las causas últimas de las cosas, sobre todo de las que hace o no hace el ser humano? Pero podemos hablar de lo más mundano, como de política, que eso sí que tiene utilidad (sobre todo para quien vive de ella), o de antropología, o de historia, o de arte, o de caminar, sí, de caminar y no sólo por los paisajes, también por los paisanajes. En suma, de todo. Sólo habrá una condición: mutuo respeto. Sin él es imposible la relación entre los seres humanos y con el medio que nos rodea, crea y modela.
Acabo de botar esta nave. Todo el que quiera, que suba a bordo. Feliz singladura y que los vientos le sean propicios al cascarón y al contenido.